Estación de Trenes de Vilna |
Agarré la
bici y me fui de la estación de trenes a un hostel que había encontrado por
internet. Mientras pedaleaba, me sentía inmerso en un cuento que me
transportaba en el tiempo. Era domingo por la noche y toda la ciudad dormía,
acostumbrado a moverme en China ni me percaté de que existía algo llamado
semáforo y tras haberlo pasado en rojo, una persona que iba en un auto me dijo
algo en Lituano, le dije que me por favor me hable en inglés porque no le
entendía nada y enojado me exclamó: “you crossed with the red light”. Y sí, soy
un argentino viviendo en China, los semáforos están pintados. Seguí pedaleando
sin darle importancia.

Foto con el prof. Abraham Lichtenbaum |
Estaba
llegando el mediodía y me escribió Abraham Lichtenbaum, director de la IWO
Buenos Aires y profesor del seminario de idish en Vilna, para encontrarnos esa
tarde. Fuimos a conocer Máxima, no, no era la reina de Holanda, sino un
tremendo supermercado proveniente del mismo país. Es relativamente barato y tiene
la particularidad de estar abierto las 24 horas (ya se los mostraré en un
video). Abraham tenía el problema de que le habían perdido las valijas, así que
tuvo que salir a comprarse de todo. Después de hacer algunas compras, salimos a
recorrer la ciudad con él y con el profesor Michael Wex de Canadá. Por supuesto, hablamos todo en
idish.
Vilna
resulta ser un híbrido entre las dos Europas, no es el estilo soviético puro de
Rusia y Bielorrusia, ni tampoco el estilo occidental tradicional. El ruso
continúa vigente en algunos carteles y los monoblocks predominan en las
periferias de
la ciudad, el Euro es la moneda oficial y la sociedad de consumo
avasalló a los sueños de un mundo mejor tras la caída del muro. El centro de la
ciudad es antiguo y hermoso, pasajes estrechos y calles irregulares que nos
llevan a perdernos con tan solo caminar unas pocas cuadras. Construcciones medievales,
góticas, barrocas y modernas conforman ese desordenado pero hermoso paisaje
urbano. Algunas plazas o baldíos
aparecen en el medio de las construcciones, seguramente que fueron
instituciones judías destruidas durante la guerra. Por el contrario, las
cúpulas de las iglesias abundan y marcan el carácter católico de su sociedad. Los
lituanos son amables y cordiales si se trata de los jóvenes, pero bastante
agrios y fríos si se trata de los más adultos, quizás sea una cuestión
generacional de que no han podido acostumbrarse a recibir extranjeros.![]() |
Sopa fría de remolachas |
![]() |
Kebinine (empanadas lituanas) |
La comida
es deliciosa, la sopa fría de remolacha es un majar adictivo que ayuda a vencer al calor veraniego, la pastelería es exquisita y refinada, las kibinine son la versión original de las empanadas argentinas y sus quesos son tan
variados que resulta imposible degustarlos a todos. Por supuesto, lo que no
falta es el vodka, el Stumbras se lleva el primer premio. Lo podrán reconocer
por la espiga de trigo que tiene en su interior. ¿El precio? 5 euros, lo mismo
que una noche de hostel. Podré dormir en la calle, pero jamás faltará un buen
trago de vodka.
![]() |
Vodka Stumbras |
Les dejo a continuación el video que hice sobre Vilna:
*Shmates:
Del idish, productos de baja calidad
No hay comentarios.:
Publicar un comentario